ESPACIO JSA-ZARAGOZA Por Miguel Lozano López, Secretario de Educación, Universidad y FP de las Juventudes Socialistas de la provincia de Zaragoza |
El 24 de enero es la fecha elegida por la ONU para ser el Día Mundial de la Educación por la contribución de esta a la paz y al desarrollo. Infinitas han sido las personas que han querido dar su particular versión sobre la educación, pero yo me quedo con la del Premio Nobel Nelson Mandela que defendía que” la educación es el arma más potente que puedes usar para cambiar el mundo”. No es exagerado pensar que la educación es el pilar fundamental en el que cualquier sociedad se basa. Sin embargo, algo tiene la educación que suscita tanto debate y que nunca deja indiferente a nadie. Ese algo, como bien dejaba caer Mandela, es que quien controla la educación controla también la sociedad del futuro.
Quizás sea por ello que en nuestro país hemos tenido hasta 7 leyes distintas sobre este tema desde la muerte del dictador (LGE, LOECE, LODE, LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE)… y otra que viene en camino. En una sociedad y un mundo como el actual, en el cual todo avanza rápidamente, lejos nos quedan ya los incesantes intentos del ex ministro Ángel Gabilondo por cerrar un gran pacto educativo duradero y que, en el último momento, no fue posible por la retirada del Partido Popular.
Desde que Gabilondo dejó la cartera ministerial la educación ha sufrido un fuerte revés del que va a tardar mucho tiempo en recuperarse. Al frente de la nueva etapa quedaba como máximo responsable José Ignacio Wert, una persona que había dedicado principalmente su trayectoria profesional a sondeos de opinión y a la empresa privada. Es decir, un ministro que de educación poco y de cultura y deporte mejor no hablamos. El inspirado nuevo ministro se apresuró a hacer su propia ley educativa (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), que se acabó aprobando con el único apoyo de su grupo parlamentario. Nacía así una ley que contaba con el respaldo de aquel Congreso, pero no de la comunidad educativa.
Esa ley no vino sola, sino que vino acompañada de duros recortes. En 2012, recién llegado Mariano Rajoy a la Moncloa, el presupuesto cayó un 6,8% frente a la media europea del 1,1%. Los años siguientes no fueron mejores, viéndose perjudicadas escuelas rurales, becas, ayudas, etc. Actualmente, con los últimos presupuestos aprobados del PP, la inversión (o gasto para algunos) en educación ha caído un 13% desde época de José Luis Rodríguez Zapatero. Contamos con 30.000 profesores menos, ratios elevados de alumnos en primaria (27-30 alumnos) y secundaria (30-36 alumnos), un aumento de hasta 25 horas de clase para los profesores en primaria y 21 en secundaria o que la sustitución del profesorado que se encuentre de baja sea efectiva a partir del decimo día. Y estos son solo algunos de los datos.
El ejecutivo de Pedro Sánchez ha encargado a su ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celaá, ex consejera de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco y con una larga trayectoria dedicada a la educación, una nueva norma educativa que revierta el retroceso que actualmente tiene la educación española. Además, se quiere recuperar una asignatura que recoja el temario de la antigua Educación para la Ciudadanía. Educar a los más pequeños (y no tan pequeños) en igualdad, en respeto y en tolerancia es hoy más necesario que nunca. Estamos llamados a vivir un momento en el que se van a cuestionar todos los logros alcanzados en los últimos tiempos y nuestra sociedad del futuro no puede pasar por eso. Es también imprescindible eliminar los centros educativos de educación segregada, ya que no podemos pretender que una sociedad que aspira a ser plenamente igualitaria haga discriminaciones entre los niños y niñas a edades tan tempranas por razón de sexo. Pero no sólo basta con hacer leyes, también hay que cumplirlas y que no pase como las leyes de igualdad estatales o autonómicas, que establecen la obligatoriedad de ofertar a los centros superiores de enseñanza asignaturas relacionadas con la igualdad, y que no se cumplen plenamente.
En materia autonómica el panorama en Aragón no fue distinto al nacional entre 2011 y 2015 durante el mandato de la popular Luisa Fernanda Rudi. Los y las aragoneses pasamos de tener un presupuesto de 1.073 millones para educación en 2011 a 887 en 2015. En los primeros presupuestos del gobierno PSOE-CHA se aumentó en 82 millones, demostrando que si se quiere se puede. Rudi redujo la inversión en centros públicos un 16,4%, mientras que en los concertados solamente un 8,5%. Como dato anecdótico, en los últimos presupuestos del PP en Aragón la inversión en la escuela pública en secundaria y FP se siguió reduciendo 9 millones respecto a los anteriores, mientras que en la concertada aumentó ligeramente.
No hemos de olvidarnos de las escuelas rurales aragonesas. Hoy en día la despoblación es uno de los principales problemas que sufre nuestra tierra y para tratar de evitarlo lo lógico es hacer que las personas que habitan en pueblos pequeños sigan disponiendo de servicios que les permitan seguir viviendo allí dignamente. La educación es uno de estos servicios, ya que un pueblo sin colegio es un pueblo sin futuro. Durante su etapa de gobierno y la actual de oposición el PP ha calificado de “manía” la actitud del PSOE de mantener estas escuelas, mientras que sistemáticamente discute su profesionalidad. Actualmente Aragón es referente nacional en la lucha contra la despoblación con medidas como la de mantener las escuelas rurales gracias a los esfuerzos y la dedicación del actual gobierno.
En materia universitaria también se ha avanzado enormemente estos últimos 4 años. Rudi otorgó menos de 250 becas durante su último año de mandato frente a las 2.000 que este último curso se han dado. La llamada beca del 50×50, impulsada por la consejera Pilar Alegría, ha conseguido que más de 15.000 estudiantes vean rebajada su matrícula. Tras años de reivindicaciones, por fin se ha concedido la reforma de la Facultad de Filosofía y Letras, que aunque no vaya a la velocidad deseada, podemos estar seguros que los futuros estudiantes disfrutarán de ella. El presupuesto destinado a la Universidad de Zaragoza ha aumentado en los últimos años y podemos disfrutar de una ligera bajada del crédito universitario.
No podemos dormirnos en los laureles porque no está todo hecho, ni mucho menos todos los logros asegurados. Hemos de continuar por esta senda a todos los niveles. La educación no es un gasto, sino una inversión. Cualquier gobierno está obligado mantener en primer lugar todos sus servicios públicos en óptimas condiciones, incluyendo la educación. Con medidas como las realizadas por la DGA en los últimos casi 4 años o las anunciadas por el Gobierno de España para los próximos tiempos podemos enorgullecernos y estar seguros que avanzamos por el buen camino.