ESPACIO JSA-ZARAGOZA Por Javier Berges Palacios, Secretario de Memoria Histórica y Justicia Social de las Juventudes Socialistas de la provincia de Zaragoza. |
Desde 2007, cada 20 de febrero, se conmemora el Día de la Justicia Social con el firme propósito de implicar a todos los países en una acción colectiva en la búsqueda de una igualdad real de oportunidades, la mejora de las condiciones de empleo y la calidad de vida de todos los seres humanos. La ONU ha definido el concepto como el principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro los países y entre ellos. Su consecución representa uno de los principales fines de la organización para avanzar hacia mayores cotas de desarrollo, igualdad y dignidad de todas las personas.
El término hace hincapié en la importancia de alcanzar una redistribución justa, que no deje a nadie atrás. En una sociedad en la que prima este valor, los derechos humanos se respetan y se cumplen, los grupos sociales más vulnerables tienen posibilidades de mejorar sus condiciones de vida y el desarrollo sostenible es un principio vertebrador del progreso de una sociedad.
Es un concepto que se encuentra estrechamente vinculado con la convivencia pacífica ya que si se quiere alcanzar la Paz y un desarrollo equitativo y respetuoso con nuestro entorno, resulta imprescindible trabajar por la consecución de mayores niveles de justicia social. Para la izquierda, la justicia social nunca ha sido una utopía, ya que esta nació precisamente para combatir cualquier tipo de explotación y desigualdad. Más bien ha representado un deber moral que cumplir. Por ello, la clase social debe recuperar en el discurso de la izquierda un lugar predominante ya que únicamente a través de este término se pueden comprender todos los tipos de explotación.
Los/as socialistas siempre han abanderado los grandes avances sociales de nuestro país: La Ley de Dependencia de 2006, la Ley de Igualdad de 2007, la Ley de Memoria Histórica, la Ley del Matrimonio Homosexual o la Ley contra la Violencia de Género son algunos ejemplos de que si existe compromiso político ese ideal de utopía deja de ser tan utópico y se convierte en cada vez más real. No olvidemos que el propósito de la utopía como decía el poeta, Eduardo Galeano, es seguir caminando.