Sanidad y Salud, el orgullo de los y las socialistas

Por Daniel Martín Bernad, Secretario General de las JSA-Zaragoza y Enfermero Interno Residente en Enfermería Familiar y Comunitaria

ESPACIO JSA-ZARAGOZA
Por Daniel Martín Bernad, Secretario General de las JSA-Zaragoza y Enfermero Interno Residente en Enfermería Familiar y Comunitaria.

Este siete de abril, celebramos el Día Mundial de la Salud. Un concepto, el de Salud, que hoy en día va estrechamente relacionado con el de Sanidad, con el de Sistema Sanitario y el de las Políticas de Salud llevadas a cabo desde los distintos Gobiernos.

Los niveles de salud, la esperanza de vida y la calidad de la misma de las poblaciones, concretamente de la población española, ha sufrido un incremento exponencial durante las últimas décadas; una mejora sustancial que ha sido alumbrada por el nacimiento y la mejora de nuestro sistema público de Sanidad. Hoy por hoy, España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, sobrepasando los 83 años y, para la década de los cuarenta, The Lancet vaticina que seremos el país que encabece todos los rankings.

El Día Mundial de la Salud es un día del que los y las socialistas debemos de sentirnos especialmente orgullosos. No se entiende nuestro Sistema de Salud, sus grandes cotas de popularidad y su demostrada calidad y efectividad, sin la acción de los y las socialistas.

El próximo 25 de abril se cumplirán 33 años desde que el Ministro Ernest Lluch, del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), dentro del primer gobierno de Felipe González, en 1985, promulgara la Ley General de Sanidad (LGS). Esta ley, que puso en pie uno de los tres pilares de nuestro sistema social (hoy cuatro, gracias al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su Sistema de Atención a la Dependencia), junto con la Educación y las Pensiones públicas de calidad y al alcance de todos/as, también gracias a gobiernos con marca PSOE, conquistaría la universalización de la sanidad (que no sólo aquellos/as que cotizaran pudieran ser atendidos), la creación del Sistema Nacional de Salud que coordinaría la política sanitaria del país e imprimiría orden y cohesión en la misma y la descentralización que permitiría a las Comunidades Autónomas la posibilidad de desarrollar y administrar sus sistemas sanitarios.

El Partido Socialista puso en pie uno de los sistemas sanitarios más robustos, amplios y completos del mundo, un sistema convertido en referente en materia de sanidad mundial, que sirvió de modelo a la administración Obama en su reforma para intentar emular un sistema sanitario algo más igualitario para los Estados Unidos, y el Partido Socialista lo defendió y mejoró durante los siguientes 25 años ante el acoso y derribo de la derecha española.

Cuando, en 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy y el PP tumbó unilateralmente con su mayoría absoluta uno de los fundamentos de la sanidad española, la de su universalidad, dejando a sectores desfavorecidos y necesitados de estos servicios fuera de su atención, como la de los inmigrantes en situación irregular, los y las socialistas nos manifestamos y luchamos por todas las vías para defender no sólo nuestro modelo sanitario, sino una sanidad de calidad para todas y para todos, que no distinguiera por origen ni por cualquier otro condicionante.

De nuevo fue un Gobierno socialista el que recuperó esta universalidad. El Ejecutivo de Pedro Sánchez y la Ministra de Sanidad, Carmen Montón, el pasado 27 de julio, llevaba a la realidad uno de sus compromisos a los que se llegó tras la moción de censura, en palabras del Presidente Sánchez y la Ministra Montón, por decencia política y porque una sociedad justa no deja a nadie atrás. Se recuperaba un sistema sanitario que generaba igualdad.

La Sanidad pública y de calidad, como cualquier otro derecho, no es algo garantizado ni fuera del peligro de la regresión o la desaparición. La sanidad pública y de calidad, como todos los derechos, necesita ser defendida, reforzada y peleada en el día a día, necesita de políticos/as y de política que velen por ella y que sean capaces de protegerla y reconstituirla cuando sufra los mordiscos de la derecha que nunca la quiso y siempre apostará por recortarla, privarla de recursos y privatizarla cuando le sea posible.

Este siete de abril es un día en el que los y las socialistas nos podemos congratular de tener uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, con una de las poblaciones consecuentemente más saludables y longevas del planeta. Pero debemos de seguir alerta y trabajando en nuestro proyecto. Trabajando por una Sanidad pública 100%, con recursos y financiación suficientes, modernos y al alcance de todos/as, con más profesionales de la salud que alcancen a dar una atención a la altura de lo que la población se merece. Y deberemos de luchar también desde las instituciones y los gobiernos por frenar las nuevas olas de populismo falto de todo rigor científico que pueden amenazar seriamente la salud, no sólo de nuestro país, sino de toda Europa y de todo el mundo, como son los nuevos movimientos a favor de la homeopatía y las mal llamadas medicinas alternativas (que carecen de todo valor y fundamento médico), o los movimientos antivacunas, que ya son a día de hoy considerados por la Organización Mundial de la Salud como una de las mayores amenazas para la salud de Europa.

 

Los y las socialistas podemos estar orgullosos de nuestro legado en sanidad y en salud, pero aún queda mucho por lo que luchar y que defender, ¡sigamos en ello!