Tarazona (Zaragoza), 7 de mayo de 2025.- El voto en contra del PP en el Pleno de Tarazona ha impedido que saliera adelante la moción del Grupo Socialista para reparar y rehabilitar la figura del último alcalde democrático de la localidad antes de la sublevación franquista de julio de 1936, Fernando Laborda Serrano. Los socialistas lamentan esta actitud que “niega la historia, el reconocimiento y el respeto a quienes defendieron el orden constitucional”.
El Grupo Municipal Socialista presentó esta propuesta con la pretensión de promover, con el acuerdo del resto de las fuerzas representadas en el consistorio, diferentes actos de rehabilitación de la figura de Laborda Serrano, favoreciendo la Declaración de reconocimiento y reparación personal que prevé la Ley de Memoria Histórica de 2007, además de realizar un homenaje que divulgara la olvidada figura del este alcalde ya fuera con un monumento, la denominación de una calle de la localidad o cualquier otra iniciativa que pactaran los grupos.
Sin embargo, “de manera incomprensible” el PP bloquea por sistema estos actos de memoria, “poniéndose del lado equivocado de la historia, una vez más”, ha explicado la portavoz de los socialistas de Tarazona, Leticia Soria, tras la celebración del Pleno.
Soria ha incidido en que “ha pasado tiempo más que suficiente” para entender esta propuesta como lo que es “una reparación moral de una víctima del franquismo,” y más cuando han comenzado los trabajos de exhumación de sus restos, que están localizados en una fosa común en Ejea de los Caballeros, junto con otros miembros de aquella fallida corporación, que fueron fusilados en esa localidad. Pero el PP, ha señalado Soria, parece que “lo entiende como un acto frentista en vez de como un acto de paz, de reconciliación y de justicia”.
Fernando Laborda Serrano fue una persona destacada en Tarazona y fue investido alcalde de la localidad en las últimas elecciones municipales antes de la sublevación del 18 de julio. De hecho, en esa fecha se encontraba en Madrid ejerciendo labores propias de su cargo. Ante la gravedad de los acontecimientos decidió regresar a Tarazona para intentar que fuera respetada la legalidad en su municipio. Sin embargo, fue hecho preso y trasladado a Ejea, donde fue ejecutado.
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